Axel Kicillof
habla en el cierre del America’s Council. Pide una posición clara de los estados americanos contra los Fondos Buitre. Está flanqueado por las publicidades de
Chevron, Barrick Gold, HSBC y Monsanto. De todas maneras utilizará reservas
para los próximos pagos. Ese dinero que desde hace más de 10 años sale del
monocultivo de soja. Ese día algún diario dice que en Sri Lanka y en
Centroamérica el Roundup sería el culplable de miles de muertes de campesinos.
Que los restos de glifosato en el suelo podrían persistir hasta 21 años. Es decir
que, cuando haya nuevo presidente, aún quedarán restos de aquellos glifosatos primeras
sojas rr autorizadas por Felipe Solá en 1995. Pasaron casi dos décadas y en
Argentina hay acuerdos: es válido hipotecar suelo, agua y recursos naturales, por
la soja. Para gastarlo en cámaras de seguridad, en proteger narcos o en
soberanía política. Atrás, Monsanto. Presente. Sobrevolando.
Según un informe del Concejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas, Conicet, de Julio de 2009, “el glifosato es una sustancia
de baja persistencia y limitada potencialidad de bioacumulación y toxicidad
sobre organismos no blanco”. Agrega el informe que "la contaminación de aguas
subterráneas con glifosato resulta poco probable, excepto en el caso de un
derrame apreciable o de otra liberación accidental o descontrolada. En aguas
superficiales, la sustancia puede encontrarse cuando se aplica cerca de los
cuerpos de agua, por efecto de la deriva o a través de la escorrentía. Estudios
en otros países indican que la persistencia del herbicida en el suelo podría
alcanzar 6 meses, si bien debe considerarse que el clima templado, como el de
algunas regiones de la Argentina donde se lo utiliza, aumentaría la velocidad
de degradación del producto y su metabolito”.
Sin embargo, un estudio publicado en febrero de 2014
en Sri Lanka indica que el glifosato sería una de las principales causas de la
aparición de 400 mil casos de la enfermedad renal crónica de etiología
desconocida (CKDu) causó más de 20 mil muertos en ese país africano y
que sería el vector principal de miles de muertes en Centroamérica.
Los investigadores, Channa Jayasumana, Sarath
Gunatilake y Priyantha Senanayake de
las universidades de Rajarata en Sri Lanka y de California State University
concluyen que dadas algunas condiciones particulares de suelos y aguas,
conjugadas con algunas prácticas agrícolas y culturales llevarían a miles de
personas a padecer esta enfermedad silenciosa que en muchos casos termina con
la muerte.
Según el estudio, habría un factor determinante en la
distribución geográfica de la enfermedad y es la presencia de aguas duras, con
altos contenidos de minerales tales como
magnesio y calcio, entre otros. Según el Inta Rafaela, sólo en el corazón de la
pampa húmeda, donde la calidad de las aguas subterráneas tendería a ser mejor
que en zonas semidesérticas o extrapampeanas, el 73 por ciento de las aguas
investigadas tiene una dureza media a mediaalta. Justamente, es en gran parte
de estas zonas en donde el uso de glifosato y sojas rr prevalece, sobre todo
por las condiciones ambientales y las capacidades productivas de los suelos.
Calcio y magnesio
Según el estudio de la universidad africana, los
altos contenidos de Calcio y de Magnesio en el agua harían posible la
combinación de lo que ellos llaman un Factor X presente en los agroquímicos, fundamentalmente en el glifosato.
Este factor X incidiría directamente para que en las zonas de aguas duras se
evidenciara la presencia de un alto contenido de arsénico en la orina. “la totalidad de la evidencia científica recopilada hasta ahora se ha puesto de relieve el hecho de que un factor desconocido (compuesto X) procedentes de los agroquímicos, cuando se combina con
dureza / Ca / Mg
puede causar daño renal significativo;
lo que explica que muchas observaciones actuales, incluyendo la distribución geográfica única de la enfermedad”, concluyen.
“Una epidemia de
la nefropatía tubular se ha
identificado entre los jóvenes
trabajadores agrícolas masculinos en
sub-regiones de las costas del Pacífico de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica
“. En todos los casos hubo una
identificación de la dureza de las aguas y el consumo de aguas de pozo en las
comunidades afectadas. Una situación similar se registra en algunas regiones de
la India.
El Instituto
Nacional de Salud de El Salvador confirmó que el agua de los pozos de poca profundidad había sido la fuente principal de agua potable
en la mayoría de los pacientes pacientes
que manifestaron CKDu en el país.
En esas pozos se detectaron además cantidades
significativas de metales pesados, magnesio y calcio.
Enemigo invisible
Los investigadores demostraron que el
glifosato es un fuerte quelante de metales (Ca, Mg, Sr, Cd, Cr, Ni, Co, Pb). De esta manera persiste y se acumula en
el suelo y las plantas durante
períodos prolongados, que pueden ser décadas y de esta manera contaminar las
napas freáticas.
Sin embargo, para comprobar la
presencia del glifosato en las aguas de pozo, los investigadores debiernon
recurrir a un inmuno solvente especial ligado a enzimas (ELISA) para detectar
los complejos formados por metales y glifosato.
Claro que la mayoría de los países no son libres de
elegir producir usando glifosato o no. De envenenar a su población y a las
generaciones venideras o no. A principios de junio de 2014 Estados Unidos
amenazó a El Salvador con retener un paquete de ayuda financiera de 300
millones de dólares si no autorizaba la compra de semillas transgénicas de
Monsanto.
Hoy,
la CKDu es la segunda mayor causa de mortalidad entre los hombres de El
Salvador y país que registra la mayor tasa de mortalidad por esta enfermedad en el mundo. Sus vecinos,
Honduras y Nicaragua también presentan tasas extremadamente altas de mortalidad
por CKDu, al punto que su mortalidad es mayor a la del VIH,, la diabetes y la
leucemia juntas.
En
Argentina no existen estudios acerca de la incidencia del glifosato en las
enfermedades en las zonas pampeana y extrapampeanas. Sin embargo, sólo en 2007 y según el Conicet, se utilizaron 163
millones de litros de esta sustancia para la producción agrícola en general.
Estudios no hacían falta en 1994, cuando la administración Menem con Felipe
Solá en la secretaría de Agricultura aprobó el uso de la soja RR con la sola
presentación del estudio de impacto sobre la salud hecho por Monsanto y sin
siquiera traducirlo al castellano.
Durante
Durante la Cumbre de la Salud de 2011, realizada en la ciudad de México,
Estados Unidos llegó a rechazar la propuesta de los países de América Central,
que habían incluido al CKDu como una de las prioridades de la salud para las Américas.
Catharina Wesseling, directora regional del Programa Salud, Trabajo y Ambiente
(Saltra) en América Central, pionera en el estudio del CKDu, afirmó que los
nefrólogos y otros profesionales de salud pública de países ricos no están
familiarizados con el problema. "Dudan inclusive de que exista”.
Hasta que la muerte nos separe
“Aquí tengo – y esto la verdad que se los quiero
mostrar porque estoy muy orgullosa – el prospecto de Monsanto. Vieron que
cuando hacen prospecto es porque ya está hecha la inversión, sino no te hacen
prospecto. Así que una inversión muy importante en Malvinas Argentinas, en la
provincia de Córdoba, en materia de maíz con una nueva digamos semilla de
carácter transgénico, que se llama Intacta. También dos centros de
investigación y desarrollo, que eso para nosotros es tan importante como es
esta inversión de 150 millones de dólares: uno, en Tucumán y otra en la misma
Córdoba, porque estamos trabajando mucho con científicos”, alardeó frente al
Consejo de las Américas en 2011, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Y
seguía: “Realmente hemos logrado y estamos pagando toda nuestra deuda, todos
nuestros bonos renegociados sin acceso al mercado de capitales. Esto es con
dólares genuinos productos de nuestra balanza comercial.”.
A grandes rasgos parece haber en la línea de tiempo
un par de continuidades y discontinuidades acerca de cómo se implementó el
sistema de agronegocios en la Argentina durante los últimos 20 años. Fue en
1994 cuando Domingo Cavallo dijo aquello de que en la Pampa Húmeda sobraban 500
mil productores. Ya no sobran. Los reemplazo la tecnología de Monsanto y las
grandes superficies. Pueden verse hoy campos sin alambrados, con barbechos
químicos y soja desde el Río Colorado al Bermejo. Y del Río de la Plata a la
Cordillera. Ese cambio forzado de actores implicó la apropiación de todos .los
insumos de producción por parte de cuatro o cinco multinacionales,
principalmente estadounidenteses. Y dejó al país en un callejón sin salida aún
más importante que aquel de la deuda externa. Los costos medioambientales y de
salud pública no se cuantifican en relación al precio de una tonelada de
soja de una tonelada de soja. Parece como si la deuda externa hubiese sido una amenaza simbólica frente
a lo que significa la expropiación y contaminación de la tierra, el agua, la
destrucción de bosques y ecosistemas. Montes enteros donde algunos buitres
volaban para saltar sobre una yarará, ya no existen. Son sólo soja. Mientras
tanto, Kicillof pide ayuda frente a otros buitres en el Consejo de las
Américas. El auspicio de Monsanto y de otros no es simbólico. Es la continuidad
de un modelo, más allá de quien ejerza la presidencia desde diciembre de 2015.
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