Leer El Mundo según Monsanto

Marie Monique Robin escribió este libro que denuncia hechos demasiado graves para la vida. En la Argentina desapareció de las librerías. Aquí tomo párrafos, como para poner en evidencia un problema que nos toca a todos. Demasiado de cerca.

martes, 2 de septiembre de 2014

El glifosato mata, pero paga deudas








Axel Kicillof habla en el cierre del America’s Council. Pide una posición clara de los estados americanos contra los Fondos Buitre. Está flanqueado por las publicidades de Chevron, Barrick Gold, HSBC y Monsanto. De todas maneras utilizará reservas para los próximos pagos. Ese dinero que desde hace más de 10 años sale del monocultivo de soja. Ese día algún diario dice que en Sri Lanka y en Centroamérica el Roundup sería el culplable de miles de muertes de campesinos. Que los restos de glifosato en el suelo podrían persistir hasta 21 años. Es decir que, cuando haya nuevo presidente, aún quedarán restos de aquellos glifosatos primeras sojas rr autorizadas por Felipe Solá en 1995. Pasaron casi dos décadas y en Argentina hay acuerdos: es válido hipotecar suelo, agua y recursos naturales, por la soja. Para gastarlo en cámaras de seguridad, en proteger narcos o en soberanía política. Atrás, Monsanto. Presente. Sobrevolando.
Según un informe del Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Conicet, de Julio de 2009, “el glifosato es una sustancia de baja persistencia y limitada potencialidad de bioacumulación y toxicidad sobre organismos no blanco”. Agrega el informe que "la contaminación de aguas subterráneas con glifosato resulta poco probable, excepto en el caso de un derrame apreciable o de otra liberación accidental o descontrolada. En aguas superficiales, la sustancia puede encontrarse cuando se aplica cerca de los cuerpos de agua, por efecto de la deriva o a través de la escorrentía. Estudios en otros países indican que la persistencia del herbicida en el suelo podría alcanzar 6 meses, si bien debe considerarse que el clima templado, como el de algunas regiones de la Argentina donde se lo utiliza, aumentaría la velocidad de degradación del producto y su metabolito”.
Sin embargo, un estudio publicado en febrero de 2014 en Sri Lanka indica que el glifosato sería una de las principales causas de la aparición de 400 mil casos de la enfermedad renal crónica de etiología desconocida (CKDu) causó más de 20 mil muertos en ese país africano y que sería el vector principal de miles de muertes en Centroamérica.
Los investigadores, Channa Jayasumana, Sarath Gunatilake y  Priyantha Senanayake  de las universidades de Rajarata en Sri Lanka y de California State University concluyen que dadas algunas condiciones particulares de suelos y aguas, conjugadas con algunas prácticas agrícolas y culturales llevarían a miles de personas a padecer esta enfermedad silenciosa que en muchos casos termina con la muerte.
Según el estudio, habría un factor determinante en la distribución geográfica de la enfermedad y es la presencia de aguas duras, con altos contenidos de minerales tales como magnesio y calcio, entre otros. Según el Inta Rafaela, sólo en el corazón de la pampa húmeda, donde la calidad de las aguas subterráneas tendería a ser mejor que en zonas semidesérticas o extrapampeanas, el 73 por ciento de las aguas investigadas tiene una dureza media a mediaalta. Justamente, es en gran parte de estas zonas en donde el uso de glifosato y sojas rr prevalece, sobre todo por las condiciones ambientales y las capacidades productivas de los suelos.

 Calcio y magnesio

Según el estudio de la universidad africana, los altos contenidos de Calcio y de Magnesio en el agua harían posible la combinación de lo que ellos llaman un Factor X presente en los agroquímicos, fundamentalmente en el glifosato. Este factor X incidiría directamente para que en las zonas de aguas duras se evidenciara la presencia de un alto contenido de arsénico en la orina. “la totalidad de la evidencia científica recopilada hasta ahora se ha puesto de relieve el hecho de que un factor desconocido (compuesto X) procedentes de los agroquímicos, cuando se combina con dureza / Ca / Mg puede causar daño renal significativo; lo que explica que muchas observaciones actuales, incluyendo la distribución geográfica única de la enfermedad”, concluyen.
“Una epidemia de la nefropatía tubular se ha identificado entre los jóvenes trabajadores agrícolas masculinos en sub-regiones de las costas del Pacífico de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica “. En todos  los casos hubo una identificación de la dureza de las aguas y el consumo de aguas de pozo en las comunidades afectadas. Una situación similar se registra en algunas regiones de la India.
El Instituto Nacional de Salud de El Salvador confirmó que el agua de los pozos de poca profundidad había sido la fuente principal de agua potable en la mayoría de los pacientes  pacientes que manifestaron CKDu en el país. En esas pozos se detectaron además cantidades significativas de metales pesados, magnesio y calcio.

Enemigo invisible 
 
Los investigadores demostraron que el glifosato es un fuerte quelante de metales (Ca, Mg, Sr, Cd, Cr, Ni, Co, Pb). De esta manera persiste y se acumula en el suelo y las plantas durante períodos prolongados, que pueden ser décadas y de esta manera contaminar las napas freáticas.
Sin embargo, para comprobar la presencia del glifosato en las aguas de pozo, los investigadores debiernon recurrir a un inmuno solvente especial ligado a enzimas (ELISA) para detectar los complejos formados por metales y glifosato.
Claro que la mayoría de los países no son libres de elegir producir usando glifosato o no. De envenenar a su población y a las generaciones venideras o no. A principios de junio de 2014 Estados Unidos amenazó a El Salvador con retener un paquete de ayuda financiera de 300 millones de dólares si no autorizaba la compra de semillas transgénicas de Monsanto.
Hoy, la CKDu es la segunda mayor causa de mortalidad entre los hombres de El Salvador y país que registra la mayor tasa de mortalidad por esta enfermedad en el mundo. Sus vecinos, Honduras y Nicaragua también presentan tasas extremadamente altas de mortalidad por CKDu, al punto que su mortalidad es mayor a la del VIH,, la diabetes y la leucemia juntas.
En Argentina no existen estudios acerca de la incidencia del glifosato en las enfermedades en las zonas pampeana y extrapampeanas. Sin embargo, sólo en 2007  y según el Conicet, se utilizaron 163 millones de litros de esta sustancia para la producción agrícola en general. Estudios no hacían falta en 1994, cuando la administración Menem con Felipe Solá en la secretaría de Agricultura aprobó el uso de la soja RR con la sola presentación del estudio de impacto sobre la salud hecho por Monsanto y sin siquiera traducirlo al castellano.
Durante Durante la Cumbre de la Salud de 2011, realizada en la ciudad de México, Estados Unidos llegó a rechazar la propuesta de los países de América Central, que habían incluido al CKDu como una de las prioridades de la salud para las Américas. Catharina Wesseling, directora regional del Programa Salud, Trabajo y Ambiente (Saltra) en América Central, pionera en el estudio del CKDu, afirmó que los nefrólogos y otros profesionales de salud pública de países ricos no están familiarizados con el problema. "Dudan inclusive de que exista”.

 Hasta que la muerte nos separe

“Aquí tengo – y esto la verdad que se los quiero mostrar porque estoy muy orgullosa – el prospecto de Monsanto. Vieron que cuando hacen prospecto es porque ya está hecha la inversión, sino no te hacen prospecto. Así que una inversión muy importante en Malvinas Argentinas, en la provincia de Córdoba, en materia de maíz con una nueva digamos semilla de carácter transgénico, que se llama Intacta. También dos centros de investigación y desarrollo, que eso para nosotros es tan importante como es esta inversión de 150 millones de dólares: uno, en Tucumán y otra en la misma Córdoba, porque estamos trabajando mucho con científicos”, alardeó frente al Consejo de las Américas en 2011, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Y seguía: “Realmente hemos logrado y estamos pagando toda nuestra deuda, todos nuestros bonos renegociados sin acceso al mercado de capitales. Esto es con dólares genuinos productos de nuestra balanza comercial.”.
A grandes rasgos parece haber en la línea de tiempo un par de continuidades y discontinuidades acerca de cómo se implementó el sistema de agronegocios en la Argentina durante los últimos 20 años. Fue en 1994 cuando Domingo Cavallo dijo aquello de que en la Pampa Húmeda sobraban 500 mil productores. Ya no sobran. Los reemplazo la tecnología de Monsanto y las grandes superficies. Pueden verse hoy campos sin alambrados, con barbechos químicos y soja desde el Río Colorado al Bermejo. Y del Río de la Plata a la Cordillera. Ese cambio forzado de actores implicó la apropiación de todos .los insumos de producción por parte de cuatro o cinco multinacionales, principalmente estadounidenteses. Y dejó al país en un callejón sin salida aún más importante que aquel de la deuda externa. Los costos medioambientales y de salud pública no se cuantifican en relación al precio de una tonelada de soja de una tonelada de soja. Parece como si la deuda externa hubiese sido una amenaza simbólica frente a lo que significa la expropiación y contaminación de la tierra, el agua, la destrucción de bosques y ecosistemas. Montes enteros donde algunos buitres volaban para saltar sobre una yarará, ya no existen. Son sólo soja. Mientras tanto, Kicillof pide ayuda frente a otros buitres en el Consejo de las Américas. El auspicio de Monsanto y de otros no es simbólico. Es la continuidad de un modelo, más allá de quien ejerza la presidencia desde diciembre de 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario